Archive for marzo 2012

No hay sublevación

marzo 17, 2012

Cuando mi mundo era más mundo y todo el mundo admitía
un cambio muy extraño, más pureza, más cariño,
más calma, más alegría,
más estar con los demás;
cuando la canción se hizo más clara y más sentida,
cuando la poesía realmente hizo una fiesta en mi vida,
viniste a hablarme de esa pasión inesperada por otra persona.
Pero no hay sublevación,
lo único que quiero es que seas vos misma,
la nostalgia no es bajón
cuando bajón sería caminar vacío,
la esperanza es un don y yo la tengo,
no me desespero,
vos me enseñaste un millón de cosas,
tengo un sueño en mis manos,
mañana va a ser un nuevo día
y ciertamente voy a ser más feliz.

«Sonhos», Caetano Veloso

Cómo tener lo que se tiene

marzo 17, 2012

«Para tener poder, tenemos que luchar contra la oscuridad que nos hizo poderosos».

Podría ser uno de esos razonamientos lacanianos, pero lo dijo una mae umbanda del barrio de Liniers.

Luciérnagas

marzo 14, 2012

Una vez me dijeron «Sos un ángel»; otra vez, otra persona me dijo «estás en el cementerio». Cuando pasó lo segundo, esa noche soñé que mi cuerpo era rectangular y liso como un ataúd, un cuerpo sin orificios, sin boca, que iba siendo transportado de un lugar a otro hasta que en un momento me veía, siempre con forma de ataúd, flotando en el mar. Del sueño me desperté angustiado, y al otro día tuve recuerdos de infancia que nunca antes había tenido.

Quizás la nota graciosa fue que, a los pocos días de la pesadilla, recibí un mail del director Nicolás Prividera con el link a un sitio privado donde los «actores» podíamos ver su película Tierra de los padres antes del estreno. Es la única película donde me vi involucrado, y aparezco en una escena casi al final, sentado en el umbral de un mausoleo del Cementerio de Recoleta, leyendo en voz alta la carta de despedida de Rodolfo Walsh a su hija Vicki.

Ver(me en) la película me hizo pensar en las pesadillas como actuación. Una actuación dramática, sin duda, a partir de un guion que siempre escribe otro (un otro querido). En los sueños felices o placenteros, en cambio, el guion quizás lo escribe uno. Como esa vez que soñé que tenía una hija y vivíamos en un campo, y esperábamos los dos que se hiciera de noche para salir a cazar luciérnagas. .

Mmm

marzo 13, 2012

Todos tenemos la parte clara y la parte oscura, quiero decir, mejor si tenemos de las dos. Ahora bien, esto es importante saberlo: el error en la claridad es por falta: cuando nos están demandando calma, cariño, confianza o algo así y no lo podemos dar. Mientras que el error en la oscuridad es por exceso. Y normalmente una relación se deteriora por los errores de claridad pero se rompe por los errores de oscuridad.

Rezos

marzo 4, 2012

“Rezale a San Gonzalo”, me aconsejó la bahiana. “Es el santo que devuelve a la persona amada, o que ayuda a ter um namoro con una persona más nueva, más joven”.

Así que hay un santo que si no te devuelve la pareja te indemniza con una lolita. Lo seguro, pensé, es que te pone de rodillas a esperarla. Estaba comiendo unas salteñas en la esquina de la terminal de ómnibus, la bahiana sentada sola en una mesa con cuatro bolsos. Su micro a Encarnación venía muy atrasado, pero su micro de Encarnación a São Paulo salía dos días después. En un momento me preguntó si yo rezaba y le contesté que no; entonces citó a San Francisco de Asís: “Francisco dice que el día siempre llega”. Después quiso saber si estaba soltero y le respondí que sí; ahí me invitó a rezarle a San Jorge aunque enseguida ella misma se corrigió. Dijo: “Mejor, rezale a San Gonzalo. Porque Jorge te va a dar fuerza hasta que el amor vuelva, pero Gonzalo te va a traer de vuelta el amor”.

Atrevida, me preguntó por qué me había quedado solo. Y yo, un poco inspirado por el picante de las empanadas y otro poco por la confianza en los desconocidos, solté todo. Estaba en la crisis de un estilo de vida. El amor por la imaginación y los viajes, el desinterés por las cosas materiales, me arrinconaban a una soledad más grande que la que quería. Alentaba una fantasía que era quedarme una noche en casa escribiendo y pasar la noche siguiente con mi pareja, así por siempre, alternando el compañerismo y la misantropía, un día sí, un día no. Pero nunca había podido concretarla. Siempre la cosa terminaba en problema. No era llevadero. Era demasiado esquemático.

“Rezale a San Agustín”, me dijo entonces, “para que la luz de la imaginación nunca te falte”. Yo ya estaba en el juego y le dije que justamente ese era el punto: basta de imaginar. Ahí la bahiana reflotó a un santo que había quedado medio de costado: Jorge. Me dijo: “Jorge es un santo tranquilo, descontraído”. Amplió: “Es el que mata al dragón que es todo locura y energía fantástica”. Después resumió: “Jorge es el santo de la acción, de la fuerza y de la paciencia hasta que la fuerza llega”.

“Hasta que ella te perdone”, la muy turra agregó.

Sí, hasta que me perdone y hasta que me acepte como soy.

“Por eso. Rezale a Jorge, mas piensa también en lo que Jorge mata. Porque vos no querés morir eso, me parece. Olvidate entonces de Gonzalo, que es santo para outros hombres. Pero rezale a San Jorge y también San Dragón”.